22 de agosto de 2010

JUEGO de manos. Juego de hermanos.


Me queda la duda si debo dejarlos, o frenarlos.
Si vamos a terminar muertos de risa o en la guardia del hospital.
Lo cierto es que se divierten. Se tocan. Se sienten. 
Todo ocurre después de cenar.. 
Les agarra una euforia loca.
Quieren correr, jugar una "escondi", hacer una carrera.. 
Por no ir a la cama tal vez, o para gastar los últimos cartuchos de energía 
antes de ir a reponerla al sobre. 
Se ríen a carcajadas (nosotros también)
Juego de manos...
 Buscando, encontré esto que parafraseo y que me trajo algo de luz sobre el asunto:
¿En qué consiste el "juego de manos"? Básicamente, en una tendencia exagerada a los juegos con alto componente físico. Es el típico caso de los niños que "juegan a pegarse", frecuentemente recreando escenas que ven en la televisión o en el cine. Vuelan, entonces, las patadas de karate y los puñetazos, y se trenzan los cuerpos en interminables forcejeos y "llaves" de judo donde uno de los contendientes luce rojo por la ira y el otro se pone azul por la asfixia (los Destéfano no llegan a tanto!) 
Otra categoría que no es peligrosa ni dañina en sí misma, pero que, por las condiciones en que se desarrolla, puede llegar a convertirse en tal,  son los juegos de "correr y perseguir", aquí, la diversión es perfectamente válida, pero lo que en realidad resulta criticable es la pérdida del control en la que muchas veces caen los participantes, quienes comienzan "a media máquina" y terminan en una locura desaforada de carreras, empujones y golpes malintencionados.
  No está mal que los niños jueguen a pelearse, y es natural que se extralimiten durante los juegos bruscos. Pero, como en la vida, el problema reside no tanto en los actos en sí, sino en las desiguales oportunidades de quienes participan. Y no sólo porque los niños vienen en "envases" de distintos tamaños, sino porque sus comportamientos y apetencias naturales no son iguales.
     Por otra parte, está el tema de la seguridad. Si observas una camada de perritos notarás que todos ellos se enfrascan en largos simulacros de pelea, y ruedan hechos un bollo mientras gruñen y patalean. También notarás que nunca salen lastimados. ¿Por qué pretender menos para nuestros hijos? 
Hay entonces que conversar con los niños los siguientes puntos que pueden ser de mucha ayuda:
Los "juegos de manos" son válidos mientras:
  • se juegue con alguien que tiene deseos de jugar
  • se juegue con alguien que tiene nuestra misma fuerza y tamaño, o cuando
  • respetemos las limitaciones del otro
  • no arriesguemos nuestra integridad ni la de los otros
  • no perdamos el control de nosotros mismos y nos obnubilemos hasta el punto de no medir consecuencias
Otros conceptos que podemos transmitir son:
  • No vale más quien pega más fuerte
  • No vale menos quien rehúsa pelear
  • El poder de quien domina a otro a golpes está basado en el miedo
  • Quien tiene supremacía sobre otros carga con la responsabilidad de administrarla correctamente, para no abusar de ella

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