Cada día renovamos el compromiso de inculcar
buenos hábitos y responsabilidades en nuestros hijos.
Eso implica básicamente dos cosas,
reforzar los propios y repetir muchas veces las mismas cosas.
Aveces nos tomamos un descanso y no decimos nada.
Esperamos. Miramos. Nos relajamos,
y dejamos fluír la vida hogareña sin demasiadas directivas,
en especial los días libres, que estamos todos en casa,
donde suele haber mucho desorden,
juguetes, marcadores, libros, CDs y objetos personales por doquier..
Muchas veces sí somos más duros, insistentes y repetitivos..
Aunque no queremos ser demasiado estrictos,
para no "provocar a ira a nuestros hijos",
para no cansarlos, para no cansarnos y abandonar en el intento (ni ellos ni nosotros),
de todos modos marcamos el paso, de todas las formas posibles,
con miradas inquisidoras, frases hechas, cartelitos, incentivos.
Es difícil.
Para nosotros en lo personal es difícil el orden.
Hacerlo. Mantenerlo. Cuidarlo. Buscarlo. Encontrarlo.
¿Por qué será?
¿Es hereditario? (como para echarle la culpa alguien!)
¿Es alguna falla en las sinapsis de las neuronas encargadas del orden?
¿Es una cuestión de personalidad o temperamento?
¿Hay demasiadas cosas?
Acá Violeta lleva "cosas" para intentar ponerlas en su lugar.
Seguramente sean objetos personales que ella misma sacó del lugar
y deberá volverlos allí.
Con las manos repletas me pidió que le saque una foto.
Nos ayudamos con estos carteles, "tableros",
para recordar las responsabilidades diarias y
anotar o pegar una "calco" cuando ya lo hicieron.
Los hábitos de higiene, son para todos.
Las responsabilidades las pensamos acordes a la edad de cada uno.
Se alegran al completarlo.
Pensamos recompensas para el que lo logre.
Me pregunto:
¿Todo esto servirá de algo?
¿A lo largo de los años lo recordarán?
¿Esto los hará más responsables?
¿Adquirirán estos hábitos finalmente?
NO lo sé.
¿Alguien tiene una respuesta?
¿Valdrá realmente la pena?
La tendencia al caos es real.
La ciencia lo explica bien en la "Teoría del caos", todo tiende al caos y al desorden..
Pero Dios es ordenado. Prolijo. Meticuloso.
Se ve en la naturaleza. En sus dichos. En su palabra. En su proceder.
Sabe donde guardó las cosas, porque asignó a cada cosa un lugar.
Y eso es lo que debemos aprender y el camino a seguir, creo!
"Pero todo debe hacerse de una manera apropiada y con orden" (1 Corintios 14:40).
¿Será que lo lograremos?